Este “drama cómico”, como lo definió el propio autor, plantea el tema siempre vigente de las relaciones de poder, enmarcadas en una sociedad estratificada en la que resulta difícil avanzar. Como en todas las obras de Ionesco, encontramos en el uso del lenguaje el instrumento esencial para la construcción del drama. El profesor hará gala de un vocabulario que utilizará para someter a la alumna, desprovista de la experiencia de éste. La búsqueda de instrucción y perfeccionamiento de la alumna chocará de frente con el autoritarismo enajenado del profesor, quien mostrará su cara más cruel y sádica. En medio de este absurdo, la criada, como testigo mudo de las injusticias sociales, perpetúa el orden establecido y lo legitima con su actitud: ¿no es ella la responsable última de esta realidad? La educación aparece como un arma de doble filo: necesaria y peligrosa a la vez… como un cuchillo…